Perdona a tu conyugue

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Perdona  a tu conyugue...  No te compliques la vida, pues la falta de perdón es un ingrediente tóxico para el amor en el matrimonio. No dejes que ninguna ofensa haga nido en tu cabeza, desecha y olvida las trivialidades por  tu propio bien, no cargues con basura emocional. La falta de perdón genera actitudes agresivas que afectan la vida y producen raíces de amargura difíciles de sanar. Perdona a tu conyugue, no te vengues compulsivamente, no digas: "Me la hiciste,me la pagas”, eso es de personas brutas y sin temor de Dios.

La oración del Padre Nuestro dice: “…Perdona nuestras ofensas así como nosotros perdonamos a los que nos ofenden.”   Mateo 6:12. El perdón es no dejar que nuestro corazón se dañe pero si hay ofensas recurrentes y agresión física constante en el matrimonio deberás buscar ayuda legal y colocar límites al conyugue abusivo para que no termine  lesionándote físicamente y hasta causándote la muerte.

Perdona  a tu conyugue... No olvides que a veces es recomendable una separación temporal con el propósito de que el ofensor recurrente reciba un tratamiento adecuado y acepte que tiene un problema que solucionar consigo mismo.  Si eres el ofensor desecha tu ego y pide perdón en forma sincera,  con verdadero arrepentimiento, con el deseo de no seguir en las mismas y con seguridad tu pareja al ver tu sinceridad te perdonara pero por favor se prudente y no vuelvas a lo mismo.

Perdona  a tu conyugue... Una actitud restituidora por parte del ofensor ayuda mucho cuando es sincera, si no es así agrava más la situación por su hipocresía. Si de verdad está interesado en salvar su matrimonio debe entender que la restitución consiste en un proceso de recuperación de la confianza perdida mediante acciones que demuestren que realmente su deseo de corregirse es sincero y no una estrategia para seguir engañando.

Perdona a tu conyugue... No devuelvas mal por mal, ni maldición por maldición, oren por quienes les aborrecen y los persiguen que Dios se encargará de protegerlos de los conyugues perversos. La parte ofendida debe apoyarse en Dios a través de la oración porque Él da la fuerza para perdonar y para renovar los votos matrimoniales de respeto y fidelidad. 1 de Pedro 3:8.

El amor emerge de las cenizas cuando se perdona, si eres quien fallo corre hacia tu pareja y dile sinceramente ¡Perdóname! Pero si eres la parte ofendida, no calles cuando quieras decir: ¡Te perdono!

Perdona a tu conyugue, ten presente que tu pareja y tu familia es el tesoro más valioso que Dios te ha dado, cuídalo con amor y se muy prudente para pensar en terminarlo por cualquier causa porque Dios no puede ser burlado y si no perdonas Él tampoco te perdonará a ti y te oirá cuando a Él clames; si dejas a tu esposa o esposo por otra persona recuerda que a los adúlteros los juzga Dios y que un día darás cuenta de tus actos.