Esposos amen a sus esposas

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Esposos amen a sus esposas… Vemos que muchos matrimonios se terminan porque los hombres no saben amar a sus esposas, la Biblia dice que el amor verdadero no es egoísta, sino un amor que conoce la paciencia y el sacrificio, un amor que sabe negarse a sí mismo. Amar a la esposa es amarse a sí mismo, nadie descuida su propio cuerpo, sino que lo abriga, cuida y alimenta, de modo que si alguien ama a su mujer, se ama a sí mismo.
Esposos amen a sus esposas… La mujer es una ayuda idónea para el hombre, no una esclava o sirvienta de por vida, es un ser muy especial que necesita ser considerada, amada y respetada como honestidad. El egoísmo separa, el amor une y edifica, el amor genuino es abnegado, procura el bien y la felicidad de su pareja.

Esposos amen a sus esposas… "Vosotros, maridos, vivid con ellas sabiamente, dando honor a la mujer como a vaso más frágil, y como a coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no tengan estorbo" 1 Pedro 3:7. El marido debe honrar a su esposa demostrarle simpatía y comprensión, ser inteligente para entender que la mujer tiene una naturaleza frágil y debe tratarse con gran delicadeza.

Esposos amen a sus esposas… El marido sabio sabe sobrellevar con paciencia las cargas diarias del hogar, no trata a su esposa con dureza sino con delicadeza, comparte con ella su tiempo y todas las cosas con amor, por tanto habrá paz, armonía y prosperidad en su casa.

Dios dice que los maridos no deben ser ásperos con sus mujeres, Colosenses 3:19, Muéstrele siempre afecto y un carácter estable, dulce, y compórtese dignamente frente a ella tratándola con respeto sobre todo en el área sexual, recuerden que el Señor nos dice que nuestro lecho sea sin mancilla.

Esposos amen a sus esposas… El hombre, en su calidad de esposo y padre de familia, tiene una gran responsabilidad delante de Dios, y por ello debe ser proveedor en su casa y cumplir con su deber conyugal en sus relaciones íntimas, procurando la satisfacción de su esposa, 1 Corintios 7:2,3; también debe cumplir con su deber moral de no traicionarla y de ofrecerle estabilidad.